En estos días en que Egipto sufre la represión y la violencia más atroz, tres estampas de circo:
1. El circo egipcio Al Nobi actuando en Palestina (agosto 2013), llevando alegría a los niños de Gaza:
2. El Circo de los Muchachos, en su 25 aniversario (temporada 1991-92), proclamando que no hay paz sin justicia y levantando sus troupes con los fuertes abajo, el débil arriba y el niño en la cumbre:
3. La oración que el Padre Silva y los Muchachos recitaban:
Somos los muchachos y muchachas de la tierra
que vamos por el mundo con las manos unidas;
porque no queremos que otra guerra
envenene las noches ni oscurezca los días.
Y por eso, Señor del Universo, te pedimos la victoria en la lucha:
Victoria sobre el hambre que impide a muchos pueblos bendecir el pan de cada día.
Victoria sobre el oro que construye ciudades sin alma
mientras los campos estériles se erizan de cardos;
Victoria sobre el vicio que mata la cultura y envilece el amor.
Y justicia para tanta gente que sobrevive en medio de la explotación.
Y por eso Señor del Universo te pedimos la paz,
la paz que prometiste a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Sí todos los hombres y mujeres del mundo se diesen la mano
ninguno podría oprimir a su hermano.
Sí todos y todas mirasen al Cielo
no habría en el mundo miseria, opresión ni duelo.
Sí todos y todas orasen juntos a Dios,
el mundo sería una estrella de paz, justicia y amor.
Valgan estas tres perlas para reconocer el tesoro que esconde el circo, su "más difícil todavía": la utopía de andar construyendo un mundo en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario