jueves, 15 de agosto de 2013

El idioma de la paz

Se dice que en el circo se hablan muchos idiomas, cientos de ellos. Lingüísticamente no hay duda que es cierto, pero conceptualmente no lo es. El circo habla un sólo idioma: el de la comprensión y la paz. Personas de diferentes culturas y religiones unidas por los lazos de la convivencia y la cooperación.

En estos días en que Egipto sufre la represión y la violencia más atroz, tres estampas de circo:

1. El circo egipcio Al Nobi actuando en Palestina (agosto 2013), llevando alegría a los niños de Gaza:


2. El Circo de los Muchachos, en su 25 aniversario (temporada 1991-92), proclamando que no hay paz sin justicia y levantando sus troupes con los fuertes abajo, el débil arriba y el niño en la cumbre:



3. La oración que el Padre Silva y los Muchachos recitaban:

Somos los muchachos y muchachas de la tierra 
que vamos por el mundo con las manos unidas; 
porque no queremos que otra guerra 
envenene las noches ni oscurezca los días. 

Y por eso, Señor del Universo, te pedimos la victoria en la lucha:
Victoria sobre el hambre que impide a muchos pueblos bendecir el pan de cada día.
Victoria sobre el oro que construye ciudades sin alma 
mientras los campos estériles se erizan de cardos;
Victoria sobre el vicio que mata la cultura y envilece el amor.
Y justicia para tanta gente que sobrevive en medio de la explotación. 

Y por eso Señor del Universo te pedimos la paz, 
la paz que prometiste a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. 

Sí todos los hombres y mujeres del mundo se diesen la mano 
ninguno podría oprimir a su hermano.
Sí todos y todas mirasen al Cielo 
no habría en el mundo miseria, opresión ni duelo.

Sí todos y todas orasen juntos a Dios, 
el mundo sería una estrella de paz, justicia y amor.

Valgan estas tres perlas para reconocer el tesoro que esconde el circo, su "más difícil todavía": la utopía de andar construyendo un mundo en paz.

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